«En nuestra fábrica no producimos packaging, sino activadores de dopamina*»
- el Equipo de la Rosa
* La dopamina es conocida por sus funciones relacionadas con el placer y la búsqueda de la gratificación
Comer con los ojos no es sólo una forma de hablar
Elegimos nuestra comida mediante nuestros ojos, la deseamos por su aroma y, sólo después de un rato, nos enamoramos de su frescura y su sabor.
Por esta razón, se trata de una experiencia en la que todos los sentidos están implicados, donde el packaging desempeña un papel muy importante
De hecho, hablando de «comer con los ojos», nos referimos a un verdadero mecanismo que determina en nuestro cerebro una comunicación directa entre los centros que controlan nuestra vista y los que regulan nuestro apetito.
Los embalajes de la Rosa, además de ser de alto rendimiento por su diseño y sus características técnicas, también tienen un impacto visual cuidado al máximo detalle: diseños gráficos exclusivos, concebidos para encender estos mecanismos.
¡Los embalajes de la Rosa son dopaminérgicos!
Nuestros embalajes contribuyen a desarrollar la dopamina, la hormona conocida por sus funciones relacionadas con el placer, la búsqueda de la gratificación y que también constituye la base del proceso de compra.
Generar dopamina significa animar a los consumidores, encender sus deseos y estimularlos a realizar compras.
¡Pero cuidado! Nuestra memoria sensorial guarda la información visual asimilada durante un máximo de medio segundo. Es necesario, por tanto, «golpear» los sentidos de manera directa e inmediata, creando lo que nosotros llamamos efecto GUAU.
Es por eso que, más que productores de packaging, nos gusta pensar en nosotros mismos como creadores de emociones.